18/2/10

La leyenda de la lagoa de Antela

   La lagoa de Antela (o laguna en lengua cervantina) situada en las tierras orensanas de Limia fue en su día germen de numerosas leyendas locales. Una de las más conocidas es la que se refiere a la ciudad de Antioquía, leyenda de ciudad inundada que se puede encontrar en muchas poblaciones españolas y europeas.

   Antiguamente, donde después se situó la laguna de Antela, había una ciudad, Antioquía, cuyos vecinos desconocían el significado de la palabra generosidad; Y, por causa de ello fueron objeto del castigo divino (Yahvé destruía algunas ciudades por medio del fuego como las bíblicas Sodoma y Gomorra y otras, como ésta, mediante el agua).

   Dicen que Jesús se ofreció a salvar a los más generosos de esta ciudad y disfrazado de mendigo recorrió sus calles sin encontrar un alma caritativa. Cuándo creía que no iba a encontrar a nadie a quién salvar, la fortuna quiso que llegara a la casa de una anciana que le ofreció comida y cobijo para pasar la noche. (Cuando mi bisabuela era joven, a principios del extinto siglo XX, en mi casa todavía se daba refugio y caldo a todos los que quisieran pernoctar. No se sabía lo que era cerrar una puerta con llave, probablemente la mayoría de las casas rurales carecían de cerradura y, en algunas poblaciones de Galicia, sólo en la década de los ochenta, cuando el problema sangrante de la heroína se hizo tan patente empezaron los paisanos a poner rejas en las ventanas y a cerrar las puertas con llaves, cerrojos y alarmas). La hospitalidad es un don sagrado en casi todas las culturas, de ahí el castigo que sufre la ciudad.

   Antioquía quedó completamente inundada por la laguna de Antela y la única persona que se salvó fue la generosa anciana.

   En la década de los cincuenta empezó la desecación de uno de los grandes humedales de la península Ibérica, una de esas decisiones que nosotros lamentamos igual que nuestros nietos lamentarán dentro de sesenta años que no tengamos ahora el valor suficiente de salvar la selva ecuatorial). Pero cuando aún no se había desecado, se contaba que en el alba de la mañana de San Juan, día mágico por excelencia, cuando el primer rayo del astro rey incidía sobre la superficie del agua se podía ver en el fondo el campanario de la iglesia de Antioquia.

   Me han contado información privilegiada de primera mano :) que a principios de los noventa quedaban aún restos de la laguna y que en sus aledaños se practicaba el aeromodelismo y había una pista de aterrizaje de aviones de ICONA.


By roquec

1 comentarios:

Hosting Colombia dijo...

Muchas veces creemos que la bondad es símbolo de debilidad, pero personalmente creo que uno debe ser muy valiente para ser bondadoso hoy en día.

Un saludo.







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