16/9/09

Deir el-Bahari

   El Gran Templo de la reina-faraón Hatshepsut, conocido como Deir el-Bahari se halla situado al oeste de la ciudad de Tebas. Fue un lugar sacrosanto desde tiempos antiguos pues a durante el Primer Periodo Intermedio se veneraba en el lugar a la diosa vaca Hathor, conocida como “la Señora del Occidente”.

   El faraón Mentuhotep I, de la dinastía XI (venerado particularmente por la dinastía XVIII) erigió en aquel lugar su tumba y su templo funerario y Hatshepsut construyó en aquel lugar privilegiado su templo al que llamó “Dyeser Dyesere” que quiere decir, “Maravilla de las maravillas”.

   El arquitecto de la reina fue Senenmut.

   El templo fue construido entre los años 7 y 22 del reinado de Hatshepsut, con bloques de caliza blanca y se hallaba compuesto por un templo bajo, una calzada y tres niveles de terrazas superpuestas sostenidas mediante pórticos, pilares y columnas con tres patios. Carecía de muralla que lo ocultara de los ojos curiosos del pueblo, comunera habitual en los templos egipcios y estaba orientado hacia el eje del santuario de Amón en karnak.

   Había un pilono que hoy en día ya no existe al cual conducía una avenida de esfinges representadas con cuerpo de león y cabeza de Hatshepsut tocada con el “nemes”.

   En el primer patio Hatshepsut mandó plantar un jardín que era un auténtico vergel de árboles y plantas exóticas en el que incluso había dos estanques con forma de T, de lo que hoy en día no queda nada. Una avenida central, también circunvalada por esfinges, llevaba a una rampa de cincuenta metros de largo por la que se accedía a una terraza. Esta terraza acaba en un doble pórtico de once pilares y columnas en cada lado. En la pared norte se hallan representadas escenas cinegéticas y una esfinge en actitud de aplastar a los tradicionales enemigos de Egipto mientras que en el relieve sur se muestra el transporte de dos obeliscos en una barcaza desde Asuán hasta el templo de Karnak.

   En el segundo patio hay un pórtico de veintidós columnas. En uno de los muros de narra mediante escenas la famosa expedición al País del Punt que tuvo lugar durante el reinado de Hatshepsut.. En la pared opuesta se narra la teogamia de la reina, la cual fue engendrada por el propio dios Amón quien tomó la forma de Tutmosis I. En los extremos de la terraza había dos capillas.

Capilla de Hathor.

   Situada en la parte meridional de la terraza, la capilla de Hatshepsut se hallaba formada por una sala hipóstila de doce columnas y de un santuario precedido por un vestíbulo. Había una sala en la que reposaba la barca de Amón. El lugar estaba decorado con representaciones de Hathor como un mujer con orejas de vaca y tocado en forma de sistro y también aparece la diosa en su forma de vaca amamantando a la reina o lamiéndole la mano en actitud cariñosa, señal de que gozaba del favor y de la protección de la Diosa.

Capilla de Anubis.

   La capilla septentrional se encuentra dedicada al dios chacal Anubis y es una capilla mucho más sencilla que la dedicada a la diosa Hathor. Se hallaba formada por una sala hipóstila de doce columnas, una sala y un santuario con un nicho excavado en la roca. En las paredes aparece Anubis presentando a Hatshepsut a los otros dioses.

   Una rampa decorada lateralmente por una serpiente rematada en forma de halcón conducía a la terraza superior donde se encontraba un pórtico con doce estatuas de la reina-faraón Hatshepsut representada como el dios de la muerte, Osiris.

   Un portal de granito rosa conducía al tercer patio.

   En el lugar hay representaciones de Re Heracles y un patio solar con un altar para a realización de los sacrificios de la renovación real y otra capilla consagrada al dios Anubis.

   Asimismo hay dos salas de ofrendas para el culto funerario de Tutmosis I y de Hatshepsut.

   Las paredes se hallaban decoradas con representaciones de la fiesta Sed y de la fiesta Opet.

El templo en la actualidad.

   En la Edad Media hubo un monasterio copto situado en las cercanías del templo del cual proviene el nombre actual de Deir el–Bahari. Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando e explorador inglés Richard Pococke realizó unos esbozos del templo de Deir-el-baharí que llamaron la atención de algunos historiadores y eruditos de su época.

   La expedición de Napoleón a Egipto documentó la avenida de esfinges del templo y sus relieves fueron motivo de estudio de arqueólogos tan importantes como Champollion, a quien debemos el desciframiento de la escritura jeroglífica.

   Pero el arqueólogo que trabajó de manera sistemática en las ruinas del Templo fue a mediados del siglo XIX Auguste Mariette, quien intentó frenar el saqueo arqueológico del cual era objeto.

La expedición al país del Punt.

   Aunque el imperio nuevo fue esencialmente militarista durante el reinado de Hatshepsut se centró más en las actividades de índole mercantil que en grandes campañas militares.

   Durante su reinado se emprendió una expedición al legendario país del Punt, situado muy probablemente en la actual Eritrea en la costa occidental de África.

   Los relieves de Deir el-Bahari muestran como los navíos egipcios zarparon de algún puerto del mar Rojo; en ellos se detalle la fauna del mar rojo, un pueblo el país del Punt con sus clásicas viviendas de estilo palafítico y a los propios reyes del Punt que saludan a la embajada egipcia.

   La expedición al Punt fue comercial, los barcos egipcios con la popa rematada en forma de flor de papiro (un símbolo del Bajo Egipto) regresaron cargados de objetos preciosos: oro, marfil, electro, pieles, monos, panteras y, sobre todo, mirra y árboles de mirra para ser transplantados en Dyeser Dyeseru.

   La expedición al Punt estuvo a cargo del canciller Nehesy.


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